Juicio Painemil – Llaitul: la segunda Operación Paciencia en camino


· El mundo Mapuche autónomo y en específico la CAM, -Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco – Malleco-, pasan actualmente por un momento crucial en que el Estado por un lado busca desarticular a través de montajes políticos-judiciales y por otra, impulsa sobornos asistencialistas hacia las comunidades, lo que, por lo demás, no es muy difícil de adivinar en el nuevo documento gubernamental “Re-conocer, pacto social por la multiculturalidad”.


Todo lo anteriormente descrito no es más que la continuidad de la política inaugurada por Ricardo Lagos, pues es él quien inició la novedosa estrategia de atacar el tema mapuche por dos frentes: el asistencialismo y la judicialización.


La asistencia, claramente, se la deja a MIDEPLAN y a CONADI, mientras la persecución, los encarcelamientos y montajes corren por parte del Ministerio del Interior.


Hitos históricos: Matías Catrileo y Patricia Troncoso


El mandato de Michelle Bachelet no se destaca por alguna sensibilidad o creatividad distintas a su antecesor: lanza una campaña que parece querer afirmar una imagen de gobierno de “carácter social”, aumentando becas indígenas, manipulando con ofrecimientos de proyectos varios, y propiciando toda clase de tentaciones desde el dinero… Es una política que supone que apaciguará las crecientes demandas por derechos políticos que encaminen a la Nación Mapuche hacia la libre determinación.

De hecho, no lo decimos sólo nosotros, hasta lo señala una editorial de la derechista La Tercera a cargo de Sebastián Donoso. El dice: “el documento re-conocer, busca acallar las criticas internacionales, descomprimir la situación de conflicto en el Sur y apaciguar los ánimos de la elite indígena activista”. Y en su encarnizada rencilla por escaños de poder contra la Concertación, hasta es capaz de reconocer: “no se busca enfrentar los problemas de fondo del sector indígena”. (14-04-2008)


Y es que, sin duda después del asesinato de Matías Catrileo y la huelga de 112 días de la lamngen Patricia Troncoso, en lo público el Gobierno busca desesperadamente aminorar los efectos de la vergüenza y reposicionarse nacional e internacionalmente, pero de forma solapada monta juicios, elabora testigos falsos, pruebas y declaraciones arrancadas bajo torturas en pos de encarcelar a la directiva de la CAM, en lo que podríamos llamar la segunda Operación Paciencia…


El contexto político: 2ª Operación Paciencia


De noviembre de 2006 a marzo de 2007, se produjo una nueva ola represiva contra la CAM que parece calcada de la campaña de Inteligencia (años 2000 a 2002) lanzada por el colonizador Estado chileno, denominada “Operación Paciencia”. Y es que, hoy estamos nuevamente en presencia de una escalada represiva dispuesta a acabar con el movimiento Mapuche. Escalada que no se diferencia en nada de aquella 1ª Operación Paciencia, destinada por Lagos al “descabezamiento” de la Coordinadora Arauko-Malleko.


Con Lagos, los costos para el movimiento mapuche que opta por la Liberación Nacional como línea político-ideológica, fue la reedición y aplicación de la pinochetista Ley Antiterrorista, un creciente cerco informativo que se encarga de acallar los abusos imperialistas del Estado chileno, la ilegalidad de la CAM y el encarcelamiento de las y los primeros presos políticos mapuche.


Todo esto sucede bajos los gobiernos concertacionistas, y para ser más específicos bajo la era PS, o la hegemonización del Patido Socialista dentro de la Concertación de Partidos por la Democracia.


En esta nueva vuelta de la operación represiva, el Movimiento Mapuche ha sido atacado directamente en sus cuadros políticos, es decir, en aquellos que los medios oficialistas llaman “elite política mapuche”. Así, en noviembre es detenido José Llanquileo sindicado por la ANI, Agencia Nacional de Informaciones, como “el tercer hombre de CAM”, en febrero Hector Llaitul, sindicado como “el segundo hombre”, y en Marzo, José Huenchunao percibido por la ANI como el “líder ideológico”.


Esta ola termina en marzo de 2008, cuando es detenido Ivan Llanquileo. El gubernamental diario La Nación señaló entonces: “con la captura de Iván Llanquileo Antileo, el martes pasado en Cañete, la Coordinadora Arauco-Malleco ya no tiene líderes”(27/02/2008), y El Mercurio por su parte planteó que la “captura del líder ideológico del grupo” es “un duro golpe a la organización violentista mapuche Coordinadora Arauco Malleco”.


En cierta medida, durante la 1ª Operación paciencia se enjuició al movimiento social mapuche y a sus bases, lo que trajo como coletazos la forzada clandestinización de los hoy nuevos presos políticos. Entonces, está nueva operación represiva viene a terminar una fase de persecución, poniendo tras la rejas físicamente a los lideres históricos, para abrir de esta forma una nueva fase: detener, buscar y detectar a los “mandos medios”.


Pareciera que el próximo golpe policial no será al movimiento de masas de los mapuche -para eso está el proyecto “Orígenes” que envenena la mentalidad mapuche con asistencialismo- sino a los políticos del movimiento mapuche, a los cuadros “intermedios” para, de esa forma, dejar al movimiento en su conjunto sin cabezas políticas que enfrenten el actuar del Estado Chileno.


El montaje Judicial


El Juicio montado tiene a dos personas encarceladas: Roberto Painemil del sector de Yupeko Vilcún, el cual ha acusado a sus captores de obtener sus declaraciones bajo tortura; mientras que el segundo es Héctor Llaitul, dirigente de la CAM. Se busca desde la represión judicial montada encerrar a ambos por cerca de 9 años.


Si el Juicio, con todo su aparataje, sale a favor del Gobierno y de la Forestal Mininco, es porque se busca -desde cómo nos ven los aparatos represivos policiales- encerrar a los mandos “intermedios”. Lo recién dicho queda claro, con la detención de Santis Meñaco, sindicado por El Mercurio (16/04/08) como un “líder emergente de la Coordinadora Mapuche Arauco Malleco”.


La verdad, este peñi nunca ha pertenecido a la CAM, sin embargo, es importante observar qué es lo que se plantea el poder opresor, cómo mira y cuánto teme al pueblo mapuche y a su organización autonomista. Lejos de cesar las detenciones, los perseguidores van en busca de encarcelar a nuevos líderes.


El Juicio Llaitul-Painemil y las detenciones anexas, son la búsqueda de la desarticulación total de la CAM. Y muestra que el solo hecho de pertenecer o seguir las líneas ideológicas generales del Movimiento Mapuche autonomista, es suficiente para ser víctima de persecusiones, montajes, detenciones arbitrarias y de evidente falta de libertad de expresión acompañada de la más desvergonzada impunidad.


Si miramos como ellos, por un momento, y ordenamos su esquema, tendremos que en primera instancia se golpeó a la “masa” de la Nación Mapuche, luego a la “elite política” o los dirigentes históricos, y ahora se pretende golpear a los “mandos intermedios”, ello sin olvidar el hostigamiento que azota a las redes de apoyo apostadas en distintos sectores del Sur.


El Estado Chileno busca ahogar a las comunidades en conflicto y golpear certeramente a la CAM. Y esto es lo único que parece real en medio de todas estas disquisiciones, suposiciones y montajes hechos desde la mirada colonizadora y policial represiva.


¿Qué significa eso para nosotros y nosotras? Que el mundo mapuche enfrenta un ataque directo a su proyecto político, a sus dirigentes y, cómo no, también a su forma de pensar, crear y amar, a la cultura nuestra que hemos visto renacer durante estos últimos diez años.


Como parte medular de todo esto, está el ataque frontal a la CAM… Y ¿por qué? Porque es la orgánica que ha llevado la lucha mapuche a niveles superiores de resistencia, devolviéndonos dignidad y escribiendo hermosas páginas de rebeldía mapuche a la opresión,encaminada a la Liberación Nacional.


Fuente: AGRUPACION MAPUCHE KILAPAN

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