Trabajadores forestales en conflicto llegarón a un acuerdo, este martes 8 de mayo, con la Empresa Celulosa Arauco, controlada por el grupo Angelini. Todos los trabajadores, incluidos los que laboran en aserraderos, recibirán un aumento de 65.000 mil pesos, entre otros beneficios. En las negociaciones participó como mediador el arzobispo de Concepción, Ricardo Ezzazi. Sin embargo, nadie está satisfecho. El asesinato de Rodrigo Cisterna, por parte de la policia, fue un costo demasiado alto que tuvieron que pagar los trabajadores forestales por sus justas demandas.
El clima en la provincia de Arauco aún esta enrarecido. Aún no han podido digerir el salvaje acto en contra de uno de los suyos. En el recuerdo quedarán las intensas jornadas de lucha de los últimos dias, el compromiso, la unidad y la organización de los trabajadores forestales. Pero también esta presente la rabia y pena por la muerte de Rodrigo Cisterna, el trabajador que el jueves 3 de mayo recibió tres impactos de balas, luego de embestir tres vehículos policiales con una máquina cargadora, en el contexto del bloqueo de la ruta que une las provincias de Arauco y Concepción, donde se ubica la celulosa Arauco.
El “mártir de los forestales”, como ya se denomina a Rodrigo Cisterna, quien deja a una esposa y a un hijo de cinco años, tenía suficientes razones para demostrar su descontento. Las condiciones laborales en la que vivía eran precarias.
Los sueldos eran miserables. Un operador de sierra ganaba solo 70 mil pesos mensuales, y un silvicultor no andaba muy lejos de esa cifra. Los trabajadores se ven obligados a trabajar hasta 12 o 14 horas para aumentar los sueldos. La gran culpable de estas injusticias laborales es el sistema de subcontratación que la Forestal Arauco utilizaba, y que permite que las condiciones laborales se mantengan.
En contraposición a la realidad que les toca vivir a los trabajadores forestales se encuentra el buen pasar de la empresa Celulosa Arauco y Constitución -controlada en un 99,9% por Empresas Copec, del grupo Angelín- que registró utilidades por 164,87 millones de dólares sólo en el período enero-marzo de 2007, según la información enviada a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS). Su propietario, de origen italiano, es considerado uno de los más rico del mundo acumulando miles de millones de dólares.
El negocio forestal chileno está dentro de los top junto a la minería y la pesca. Según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) en el primer bimestre de 2007, las exportaciones de celulosa llegaron a 357,9 millones de dólares, monto 96% por encima del registrado en similar lapso de 2006. Por su parte, en el período enero-marzo se enviaron 1.071 millones en productos forestales, esta cifra es 38% más que las ventas anotadas en igual período del año anterior.
No obstante, a pesar de las magníficas cifras de la industria nacional, su desarrollo no ha implicado mejoramiento local ni regional, ni menos aún nacional. Lo han comprobado sus trabajadores y los habitantes de la zona en forma directa. Y con mayor nitidez las comunidades mapuches que ya cuenta a su haber con dos martires en este conflicto forestal.
El clima en la provincia de Arauco aún esta enrarecido. Aún no han podido digerir el salvaje acto en contra de uno de los suyos. En el recuerdo quedarán las intensas jornadas de lucha de los últimos dias, el compromiso, la unidad y la organización de los trabajadores forestales. Pero también esta presente la rabia y pena por la muerte de Rodrigo Cisterna, el trabajador que el jueves 3 de mayo recibió tres impactos de balas, luego de embestir tres vehículos policiales con una máquina cargadora, en el contexto del bloqueo de la ruta que une las provincias de Arauco y Concepción, donde se ubica la celulosa Arauco.
El “mártir de los forestales”, como ya se denomina a Rodrigo Cisterna, quien deja a una esposa y a un hijo de cinco años, tenía suficientes razones para demostrar su descontento. Las condiciones laborales en la que vivía eran precarias.
Los sueldos eran miserables. Un operador de sierra ganaba solo 70 mil pesos mensuales, y un silvicultor no andaba muy lejos de esa cifra. Los trabajadores se ven obligados a trabajar hasta 12 o 14 horas para aumentar los sueldos. La gran culpable de estas injusticias laborales es el sistema de subcontratación que la Forestal Arauco utilizaba, y que permite que las condiciones laborales se mantengan.
En contraposición a la realidad que les toca vivir a los trabajadores forestales se encuentra el buen pasar de la empresa Celulosa Arauco y Constitución -controlada en un 99,9% por Empresas Copec, del grupo Angelín- que registró utilidades por 164,87 millones de dólares sólo en el período enero-marzo de 2007, según la información enviada a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS). Su propietario, de origen italiano, es considerado uno de los más rico del mundo acumulando miles de millones de dólares.
El negocio forestal chileno está dentro de los top junto a la minería y la pesca. Según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) en el primer bimestre de 2007, las exportaciones de celulosa llegaron a 357,9 millones de dólares, monto 96% por encima del registrado en similar lapso de 2006. Por su parte, en el período enero-marzo se enviaron 1.071 millones en productos forestales, esta cifra es 38% más que las ventas anotadas en igual período del año anterior.
No obstante, a pesar de las magníficas cifras de la industria nacional, su desarrollo no ha implicado mejoramiento local ni regional, ni menos aún nacional. Lo han comprobado sus trabajadores y los habitantes de la zona en forma directa. Y con mayor nitidez las comunidades mapuches que ya cuenta a su haber con dos martires en este conflicto forestal.
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